Dentro de las pequeñas o grandes cosas que podemos hacer todos desde nuestro sencillo lugar es comprar productos producidos o fabricados, lo más cerca posible del lugar de consumo.
Tomemos un ejemplo: producir tomates en el patio de nuestra casa sería lo más económico y súper ecológico. El desgate de energía de transporte al igual que el despedicio es cero, y la calidad de lo que consumiríamos sería óptimo.
En el otro extremo, si consumimos tomates producidos en la ciudad de Alta Gracia, tendría menos energía de transporte que si consumimos algo de Salta, ni hablar si lo que compramos viene en latas desde China.
En relación a los productos chinos, no creo que el dejar de consumirlos les signifique demasiado a ellos, y sé que al planeta le va a venir muy bien. Si partimos de la dudosa paga a la mano de obra casi esclava que los produce, hasta el enorme consumo energético de llevarlos a lo largo de medio planeta, no dudemos que el beneficio, sumando a miles de voluntades será grande.
Creo que el futuro que nos espera, bastante inmediato, debe contener necesariamente un uso cada vez más racional de los recursos y la energía. Escuchamos muchas opiniones sobre la crisis y la forma de resolverla... Ninguna de ellas podrá ser efectiva, si no respetamos al medio ambiente, en China o en Argentina. No dudemos que para los chinos será bueno consumir sus propios ¨tomates¨ y para nosotros los nuestros.
Tratemos de fabricar nuestros productos, diversifiquemos nuestras industrias, tratando de autoabastecernos en todo lo que podamos, siempre con un criterio de sustentabilidad y respeto por el medio ambiente. Minimizar los consumos agregados de energía en transporte, packaging, etc son nuestra mejor muestra de compromiso con el planeta y nosotros mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario